14 de abril de 2011

La maldición - Capítulo 2

Capítulo 2 - El chico nuevo

- Oh, lo siento mucho-me disculpé-.
- No pasa nada, es que no te vi-contestó el chico-.
- Como todos.
- Osea que debe de ser ella-dijo el chico muy bajito-.
- ¿Has dicho algo?-pregunté-.
- No. ¿Sabes dónde está la clase de 4ºB?
- Si, es mi clase.
- ¿Puedo ir contigo?-me preguntó-.
- Claro. Por cierto soy Celia.
- Yo Ángel.
- Encantada-dije sonriendo-.
- Igualmente.
Este chico tenía algo que me llamaba mucho la atención, nada más conocerle, era como si le conociera de toda la vida. Esos ojos azules y esa piel que parecía como si hubiera venido ahora mismo de la playa y ese pelo marrón alborotado. Encima era el primer chico que me hablaba en todo el curso después de que llegara Hugo. Es como si hubiese caído del cielo ahora mismo.
Nos dirigimos hacia la clase y Ángel se sentó a mi lado y como todos los días Hugo se sentaba detrás y no paraba de observarme.
Llegó el profesor y se sentó en su silla.
- Eres Ángel, ¿verdad?
- Sí-contestó él-.
Cogió su bolígrafo y lo apuntó en su cuaderno.
- Los demás estáis todos menos Celia ¿no?
- Estoy aquí-dije levantando la mano-.
- Ah, no te había visto.
Acabamos las clases, Ángel se fue a su taquilla y yo me dirigí al comedor, ya que hoy me tenía que quedar a cumplir un castigo.
Me cogí un poco de arroz de primero y unos filetes de pollo de segundo.
Estaba comiendo cuando alguien se sentó en frente mía.
- Hola ¿Puedo?-preguntó-
- Hola Ángel. Claro que puedes.
- ¿Te encuentras bien? ¿Te notas rara o algo?
- No. ¿Por qué?
En ese momento aparecieron los chicos del equipo de fútbol.
- Hombre, Ángel. Me han comentado que te gusta mucho jugar al fútbol-dijo el capitán del equipo-.
- Sí, puede ser. Pero tampoco me apasiona-contestó Ángel-.
- ¿Te vienes a echar un partido y luego si quieres te apuntas al equipo o si no quieres, no pasa nada.
- Tal vez luego, ahora mismo estoy ocupado-contestó mirándome-.
- Ve si quieres-le dije-. Puedo estar sola un rato más. Estoy acostumbrada.
- De acuerdo, pero el próximo día me quedo contigo.
- Vale-dije sonriendo-.
Ángel era encantador, era el típico chico popular y encima se fija en mi.
Acabé de comer, cumplí mi castigo de limpiar todas las clases de la ESO por no hacer nada, pero como nadie me creía, tuve que cargar con las culpas.
Cuando acabé me fui a la biblioteca a estudiar para un examen que tenía al día siguiente de latín.
Estaba estudiando cuando el móvil me empezó a vibrar en el bolsillo, me fui al baño a contestar para no molestar a la gente.
Miré la pantalla y no era un número conocido.

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