13 de julio de 2011

Capítulo 8 - La Maldición

Capítulo 8 - Clases


De repente empezaron a sonar silbatos y voces.
En la habitación noté que subían las persianas y entraba apenas luz.
- Arriba dormilona. Aquí nos levantamos muy temprano.
- Tan pronto que ni ha salido el sol-dije mirando por la ventana-.
Deberían de ser alrededor de las 6:30 o 7:00 de la mañana.
- Si, es mejor salir ahora. Así que vístete y baja a desayunar.
Asentí mientras Cloe salía por la puerta.
Me vestí rápidamente con unos vaqueros y una camiseta de manga corta azul con las deportivas y bajé a desayunar.
Busqué a Cloe y Ashley con la mirada, estaban ya sentadas.
Me senté con ellas y me serví un vaso de cola-cao y unas tostadas con nocilla por encima.
- Bueno ¿y por qué os levantáis tan pronto?-pregunté-
- Las clases empiezan temprano, deberías ir a que Gonzalo te diera tu horario-dijo Ashley-.
- Si quieres yo te acompaño-dijo Jonathan sentándose a mi lado-.
Me acabé el vaso de leche y fui al despacho.
Mientras caminábamos me fijé en su cuello.
- Tienes la misma marca que yo, y… ¿por qué algunos no tienen marca?
- Tardabas en darte cuenta de eso-dijo mientras de su boca salía una sonrisa-.
Estábamos subiendo el último peldaño cuando vi a Ángel.
-¡Ángel!-grité-
Pero se fue corriendo por donde había venido.
- Deberías de dejarle en paz-dijo Jonathan-.

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¿Por qué me pasaba esto a mí?
Me enviaban a buscarla y ahora no me dejaban ni verla, encima me había enamorado de ella en cuestión de dos días en los que habíamos cogido una confianza mutua y encima tenía que aguantar que estuviera con él.
Tenía que bajar al comedor antes o después porque Gonzalo no me dejaba verla ni de lejos.
Iba a bajar cuando la vi:
-¡Ángel!-gritó.
Pero como un tonto cumplí lo que me dijeron y corrí por donde había venido.

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¿Qué pasaba? ¿Por qué Ángel me esquivaba? Tarde o temprano lo descubriría.
Jonathan dio unos golpes a la puerta y pasó seguido por mí.
- Hola-saludó Gonzalo-.Toma tu horario-dijo dándome unos papeles-.
- Gracias.
- Y estos son tus libros. No son muchos. Si necesitas algo, me lo pides. Irás a clase con Jonathan.
Asentí.
- Las clases van a empezar.
Nos marchamos. Me cogió los libros, decía que pesaban mucho.
- Nos toca pociones.
- ¿Pociones? ¿Qué asignatura es esa?
- Cuando sepas lo que eres lo necesitarás.

4 de julio de 2011

Capítulo 7 - La Maldición

Capítulo 7 - Presentaciones

A Ángel no le gustó la idea de dejarme con Jonathan, pero parecía que allí lo que dijese Gonzalo tenía que cumplirse.
- El pasillo de la derecha, del que venimos es también llamado el pasillo prohibido, en el de la izquierda están las habitaciones, en la pared derecha están las de las chicas y en la de la izquierda las de los chicos. La tuya es esta, la número 12. Los baños están al fondo.
- Vale.
Al subir me fijé en que había un tercer piso, Jonathan no me había dicho a donde llevaba, pero mejor no preguntar.
- Cloe, te traigo una nueva compañera, ya no estarás sola. Adiós chicas, os dejo solas.
Dejó las maletas y se fue.
- Hola soy Cloe. ¿Tu qué eres?
- Celia. No lo sé, no me lo quieren decir. ¿Tú sabes el por qué?
- Lo sé, todos te conocen, eres más especial que ninguno de nosotros.
- Tu marca es diferente-contesté-.
- Simplemente no soy como tú, pero dejémoslo ahí.
Me quedé pensativa, no quería insistir más porque no me iba a decir nada.
Puse la maleta encima de la cama y Cloe me ayudó a sacar y colocar la ropa en el armario.
De repente sonó un timbre, como el que suena en un instituto al acabar una clase.
- Es la hora de cenar-dijo Cloe-.
Bajamos a la planta baja y entramos al comedor.
Había mucha gente que se dividían en grupos o mesas.
- Te puedes venir con nosotros. Te presento. Chicos, esta es Celia, estos son Lucas, Ashley, Luke, Joel, Priscila y Oscar.
- Encantada.
- Igualmente-contestaron todos a la vez-.
- Por cierto, ¿sabéis donde está Ángel?
Nadie contestó. No quise insistir, habían puesto muy mala cara cuando lo dije.
Cogimos cada uno nuestra comida, había varias cosas para elegir, como un buffet. Se notaba que les tenían muy cuidados.
Estábamos levantándonos de la mesa cuando alguien me tocó por detrás.
- Celia, ven.
Era Jonathan. Todos se quedaron boquiabiertos al ver que me llamaba, supuse que seguramente no solía hacerlo muy a menudo.
Le seguí y llegamos hasta el despacho de Gonzalo.
- Hola, siéntate.
- Hola, me dijiste que viniera a partir de mañana.
- Tienes razón, pero se me olvidó contarte lo más importante.
- ¿El qué?
- Sobre las marcas de los cuellos. Júntate prioritariamente con los que tengan la misma que tu, aunque entre todos nos llevemos bien, es mejor ir solo con los que tienen la misma marca ¿de acuerdo?
- Si.
- Hay cinco tipos de manchas. Tendrás que ir viendo quien es como tú.
Me entregó una foto con los cinco tipos.
La cogí y salí del despacho.
Fui de nuevo al comedor pero ya no había casi nadie. Solo unas pocas personas y ya se estaban levantando de sus mesas. Como no había nadie me volví a la habitación.
Cogí mi neceser y me dirigí a los baños. Me lavé los dientes y la cara y volví.
Cloe no estaba, pero me puse mi pijama morado de Campanilla y me eché a la cama y me dormí rápidamente.