26 de diciembre de 2012

La Maldición - Capítulo 16

Capítulo 16. Visita inesperada.

Cloe y yo pasamos la mañana haciéndonos preguntas la una a la otra sobre nuestras vidas.
Yo le conté toda mi vida antes de venir aquí, incluyendo cuando conocí a Ángel.
- Ángel es muy majo. Antes se venía más con nosotros, pero parece que eso ha cambiado.
-Sí, eso parece-dije triste-.
- Hicisteis buenas migas.
- O eso creía yo-la corté-. Cambiemos de tema por favor.
Cloe miró el reloj.
- Es la hora de comer, se ha pasado el tiempo volando. Vamos que tengo hambre. Otro día me tienes que contar lo de Jonathan.
- Claro -contesté-.
Fuimos al comedor.
Menú del día:
- 1ª : ensalada
- 2º: pescado
- Postre: fruta
Según me había dicho Lucas era la primera vez que les ponían un menú.
Después de comer salí al jardín para despejarme un poco. Me costaba respirar y me senté en un banco al lado de una fuente.
- Hola.
Miré a quien me hablaba e intenté levantarme pero me lo impidió.
- ¿Qué quieres Ángel? - dije sentándome de nuevo-.
- Explicarte el por qué.
- ¿El por qué de qué?
- De todo.
- ¿De verdad? - pregunté-.
- Bueno, todo todo no. Solo el por qué no te puedo ver. Pero no se lo digas a nadie, si no me matarán.
- Empieza - dije-.
- Pues después de que me mandaran para convencerte para que vinieras aquí...
- ¿Quién te mandó?
- Una persona.
- ...
Esta conversación se estaba volviendo más rara de lo que ya lo era.
- Sigue.
- Bueno, pues me enamoré de ti y Gonzalo se dio cuenta y me dijo que sería peligroso para los dos que estuviéramos juntos, tampoco podíamos ni siquiera vernos o intercambiar mirada alguna de lejos.
- ¿Y... sigues enamorado de mí?-pregunté mirándole a los ojos-.
- Sí -dijo avergonzado mientras agachaba la cabeza
Cogí su cara entre mis manos y le besé.
Mientras le besaba unas mariposas volaban dentro de mi.
Ángel se separó de mí.
- Ahora me tengo que ir antes de que me pillen aquí contigo.
Se fue alejando de mí hasta que desapareció de mi vista.
Me levanté y seguí mi paseo. Llegué a la parte delantera de la casa y vi que llegaba un coche negro con los cristales tintados.
Vi que Gonzalo salía por la puerta.
- ¡Celia! A mi despacho.
Dijo esto y se marchó de nuevo. Lo dijo en un tono demasiado serio, le hice caso y me fui al despacho sin dejar de observar ese coche negro que había llegado a la casa.
Llegué al despacho y me hizo sentarme en el sillón de cuero negro que se encontraba pegado a la pared.
Pasaron cinco minutos en los que ninguno de los dos dijo nada. Él estaba ordenando unos papeles mientras yo me miraba las uñas, en estos momentos pintadas de negro.
De repente el silencio fue roto por alguien que llamaba a la puerta.
Miré a Gonzalo y él dirigió su mirada hacia la puerta.
- Adelante -dijo él-.
La puerta se fue abriendo despacio y apareció la persona a la que menos esperaba.
- ¡Abuela! -grité mientras iba hacia ella y la abrazaba-.
- Ohh.. Mi pequeña Celia.
- Te he echado de menos abuela.
- Ha pasado mucho tiempo - me dijo mientras seguíamos abrazadas-.
- Bueno familia - nos cortó Gonzalo-, siento destrozar este bonito momento pero Olga, estás aquí para algo.
- ¿Para qué? -pregunté-.
- Para derrotar a Tom y los suyos.

Bueno, después de muuuuuucho tiempo he vuelto a subir. Entre el instituto y mi fic no me da tiempo a nada.
Espero que os guste. Quiero ver comentarios, ya aqui o por twitter (@underapaperstar) o cualquier otra red social.
Muchas gracias por leerme, las pocas personas que lo hagáis.