19 de mayo de 2011

La maldición - Capítulo 5

Capítulo 5- La huida

A la mañana siguiente me desperté con la luz del sol que entraba por las rendijas de la persiana.
Me levanté y me fui al baño a lavarme la cara y cuando volví a la habitación me vestí con unos vaqueros, una camiseta básica rosa y las convers a juego.
Preparé la mochila con las cosas más necesarias, aunque todavía no sabía si me iba a ir con Ángel.
Metí algo de ropa, dinero y el móvil con el cargador, solo por si acaso.
Desayuné y cuando acabé, también metí algo de comida.
Salí con tiempo de casa para ir al instituto, ya que esperaba que Ángel me estuviera esperando en la puerta impaciente por saber mi decisión y yo necesitaba pensar algo más.
Para mi sorpresa ese día Ángel no fue a clase.
El día se me pasó muy despacio como todos los días, pero ese día se me pasaba demasiado lento que de costumbre.
Al salir tampoco le divisé, así que me fui a mi casa, comí lentamente, saboreando cada bocado.
Ahora si que no sabía que hacer.
Cuando acabé de comer metí los platos al lavavajillas y subí a mi habitación y encendí un rato al ordenador.
No había llegado todavía al escritorio cuando empezó a sonar el móvil.
- Ángel ¿dónde estas?-pregunté
- En la puerta de tu casa-contestó-.
Colgué y bajé corriendo por las escaleras a abrir la puerta.
Abrí la puerta.
- Hola.
- Hola-contesté-.
- ¿Ya sabes que hacer?
- Sí. No se por qué, pero iré contigo.
Sonrió

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- De acuerdo, coge tus cosas y vámonos.
No sé que tenía esta chica con los ojos como la miel, esa piel blanca como la nieve y su pelo, cerca del dorado. Tenía los labios finos y un cuerpo perfecto.
Desde que me habían mandado a vigilarla me había enamorado de ella.

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Subí de nuevo a mi habitación, apagué el ordenador, cogí la mochila y volví a bajar.
- Debería de dejar una nota.
Asintió.
Cogí papel y Boli y me puse a escribir.


- Ya está.
- Muy bien, vamos.
Cerré la puerta tras de mi y subimos a su moto.
Tenía dos cascos, me dio uno y m e ayudó a ponérmelo. Cuando acabó conmigo, se puso el suyo.
Se subió delante mía.
- Agárrate a mi cintura-me dijo-.
- ¿Dónde vamos?-pregunté-
- A un lugar seguro.
No quise preguntar más porque sabía que no me iba a contestar.
Llevábamos ya alrededor de hora y media montados en la moto y pregunté:
- ¿Falta mucho?
- Un poco-contestó-.
En poco más de media hora, la moto se paró. Me ayudó a bajar de la moto y quitarme el casco. Me puso la mochila sobre los hombros.
Andamos unos cuantos metros y llegamos a una casa enorme.

1 comentario:

  1. Wooww! Me enncanntaa!!!!
    Perfectoo enserio!! hahahaha me encanta Angel, oficialmente! Haber que pasa ahoora!!
    Sube el siguiente PRONTO!¬¬

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