19 de febrero de 2011

CAPITULO 31 - Preparativos

A la mañana siguiente me desperté temprano y me fui al lugar en el que al atardecer estuve con Joe.
Estuve pensando sobre todo lo que me había ocurrido hasta ahora.
Si no fuera por mi padre, hoy no estaría aquí y tampoco estaría con Joe ni hubiese conocido a toda la gente que conozco ahora, aunque echaba de menos la España en la que nací.
Y encima dentro de menos de dos semanas era mi cumpleaños, cumpliría dieciséis años.
Cuando me cansé de la soledad me fui a donde pasamos la noche a esperar a que todos se despertaran para desayunar.
Cuando se levantaron todos recogimos todo y nos fuimos a un puesto ambulante cercano para comprar chocolate y churros para todos.
Estaba mojando un churro en el chocolate cuando vino Joe por detrás y me manchó la cara con chocolate.
- ¡IDIOTA! Te vas a enterar.
- ¿Ah si?
Empezamos una guerra entre todos y cuando nos rendimos y fuimos todos al agua para refrescarnos del calor abrasador que empezaba a hacer y para limpiarnos.

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El tiempo que estuvimos en la playa estuvo genial, daba pena que se acabase.
Me fui a mi casa a ducharme y pasar el día haciendo un trabajo para el instituto.
Al día siguiente había muchas cosas que hacer, entre otras ir a casa de Silvia, y ya llegaba tarde.
- Hola Rosi. Siento el retraso.
- No pasa nada.
- ¿Silvia se lo a creído?
- Sí se ha ido con su hermana y su padre. Están todos en el salón.
- Vale. Hola chicos.- dije pasando al salón.
- Hola Joe.
- Hola chicos.
- Bueno, he hecho una lista de lo que Silvia quiere. He pensado que unos compren los regalos y otros compren lo demás para decorar la casa.
- De acuerdo.-dijo Jessica.
A mi me tocó ir a comprar los regalos con Allison y Sergio, Jessica y los demás comprarían el decorado.
Menuda sorpresa se iba a llevar.
Le compramos un montón de cosas, algún peluche, ropa y lo que os quedaba.

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Cuando llegó la hora, me fui con mi padre y mi hermana a algún lado, mi madre no quiso venir, a saber lo que iba a hacer, según ella iba a limpiar la casa, pero yo no me lo creía.
Al cabo de un rato llegamos al centro comercial.
- ¿Qué vamos a hacer aquí? No creo que contigo vayamos a comprarnos ropa
¿no?
-No, vamos a jugar una partida de bolos en familia.
- Si es en familia, ¿Dónde esta mamá?
- Ya os dijo que tenía que limpiar la casa.
- Pues yo creo que me ocultas algo.-dije.
- No, vamos anda que va a empezar a llenarse esto.



Tardamos poco menos de una hora en jugar, gané yo. Nunca había ganado e los bolos.
En un momento no sabía donde estaba mi padre, al final le encontré apartado de la gente hablando con el móvil.
- Bueno, si queréis nos quedamos a cenar.
- No, yo quiero ir a casa.-protesté. Aquí pasaba algo raro.
- Nos vamos a quedar a cenar.
Accedí a regañadientes y hasta que por fin llegamos a casa y me tumbé en la cama a escuchar con mi ipod McFly no me calmé.

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- Venga chicos, dejadlo todo en el desván, van a llegar ya.
Todos habían comprado lo que les dije.
“Espero que le guste todo esto, y lo mejor, la sorpresa que le queda.” Pensé.

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